saludCoronavirus, Salud, Libertad | Amorrortu Osteopatia | Vitoria-Gasteiz

La denominada pandemia del COVID 19 o coronavirus, ha puesto de la noche a la mañana nuestro mundo patas arriba. De un plumazo ha borrado todas nuestras certezas y seguridades. Nos ha traído dolor, miedo e incertidumbre

En estas letras no encontraréis respuestas. Como sanitario y preocupándome seriamente el tema de salud, soy consciente de lo limitado de las aportaciones que puedo hacer ante una situación tan grave como la del coronavirus. Pero sí quiero lanzar una reflexión sobre lo que nos está sucediendo. ¿Qué estamos haciendo? ¿Cómo vamos a salir de esta? Si vuelve a suceder, ¿cómo se debe gestionar una situación como la que vivimos?

OMS (Organización Mundial de la Salud)

La OMS no es una organización pura y angelical, libre de intereses y presiones. Esta OMS, financiada por gobiernos y empresas (farmacéuticas también, por supuesto) calla ante la mayor y más letal pandemia que padecemos: ¡El hambre y la miseria!

Y es que la OMS ya nos engañó con el SARS, la gripe aviar, la gripe A… ¿Os acordáis de la gripe A? Provocaron el pánico, dañaron la economía e hicieron que gobiernos de todo el mundo gastasen cantidades ingentes de dinero público en medicamentos (Tamiflú) entre otras cosas. Y de la noche a la mañana, se dejó de hablar de la gripe A con la que hoy convivimos estacionalmente cada año. La OMS se ha negado a dar explicaciones sobre aquel capítulo. Por cierto, los gobiernos tampoco han explicado cuanto dinero gastaron ni dónde están o qué se ha hecho con todos esos medicamentos.

La OMS potencia una visión paliativa y farmacológica de la salud que crea dependencia y de nuevo beneficia a la industria farmacéutica. Obvia en todo momento una visión integral de la salud, la prevención y criterios de alimentación y vida saludable que nos evitarían muchos problemas y gasto sanitario.

Por lo tanto, ¿cuál es el motivo para confiar y seguir las directrices de la OMS frente al coronavirus en estos momentos?

GOBIERNOS Y CLASE POLÍTICA

Los gobiernos del mundo nos insisten en que este, el nuestro, es el mejor de los sistemas posibles. Un sistema y una economía que mata a millones de personas de hambre y miseria. Gobiernos que en nombre de la economía destruyen el planeta, contaminan nuestros mares, ríos y aire. Unos gobiernos que dejan morir a miles de personas en el Mediterráneo, en campos de concentración en las fronteras de Grecia, Marruecos… Gobiernos que permiten el glifosato, el glutamato, aditivos y adictivos en los alimentos, flúor en el agua, transgénicos, azúcar en cantidades industriales, etc que dañan nuestra salud.

Una clase política que lleva años recortando y privatizando la sanidad pública (ahora no son capaces ni de asegurar el abastecimiento de mascarillas). También, y no menos importante, la educación.

Gobiernos que han mercantilizado nuestra vida convirtiendo todo en negocio: la salud, las residencias de ancianos (ahora vemos las consecuencias), la basura (Zaldibar, incineradoras…), las pensiones, la vivienda…

Clase política que de una forma u otra acaba viviendo de las empresas beneficiarias de sus políticas (financiación, puertas giratorias…).

Y en lo local, un Gobierno Español y su delegación autonómica que dicen estar gestionando la “crisis” del coronavirus de forma eficaz y eficiente. Pero la realidad es que el estado español es el que más muertos por millón de habitantes tiene en estos momentos en el mundo, la mayor tasa de sanitarios contagiados y una larga lista de desaguisados que ponen en cuestión dicha afirmación.

Entonces, ¿por qué ahora sí creemos que hacen lo correcto y que lo hacen por nuestro bien, por nuestra salud?

¿Cuando y por qué hemos empezado a creer y confiar en toda esta gente?

Ahora debería proponer una gestión alternativa a la crisis, diferente a la que nos aplican. Pero no la tengo. No sé que se debe hacer, no soy un experto, no tenemos información suficiente, no nos la dan y seguramente yo no tengo esa capacidad. Pero los datos de que disponemos demuestran que sus políticas no son eficaces y sus consecuencias a todos los niveles van a ser dramáticas.

¿Qué hacemos? ¿Qué podemos hacer?

Debemos asumir la gestión de nuestra salud. Cada persona es responsable de su salud.

Y potenciar nuestro sistema inmunitario. Debemos evitar todo aquello que lo debilita: el estrés, la angustia, el miedo, el ritmo de vida que llevamos. Alimentarnos correctamente, hacer ejercicio, tener contacto con la naturaleza (aire, sol, monte…), potenciar la salud mental, el contacto social, reír, el contacto físico. Que esta crisis, las pantallas, las prisas no nos roben el roce de la piel que fortalece nuestra salud y nos hace humanos.

Es lo que podemos hacer de momento. Y ¡¡¡VIVIR!!! No podemos, no debemos dejar de vivir por miedo a perder la vida.

 

SALUD Y ACTITUD CRÍTICA

 

Gaizka Amorrortu Boveda

Osteópata y fisioterapeuta

Colegiado Nº 347

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